Está mais do que claro que o Brasil no caso de Honduras está igual ao carro que está andando na contramão, com excesso de velocidade, com documentação irregular e o motorista com a sua habilitação vencida. A presença de Helaya no prédio da Embaixada Brasileira em Tegucigalpa é um tremendo problema para a diplomacia resolver, pois trata-se de assunto para os hondurenhos solucionar. Aos olhos do mundo, trata-se de um golpe de estado, mas o que lá ocorreu não é para o Brasil se intrometer, somente para Lula mostrar que seja aliado de Hugo Chavez;
Somente como esclarecimento, segue adiante em que o Judiciário, o Legislativo e o Exército de Honduras fizeram, razão maior para o Brasil não ter se intrometido nos problemas alheios. O artigo 239 da Constituição de Honduras é bem claro:
ARTICULO 239.- El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Designado. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos, y quedarán inhabilitados por diez años para el ejercicio de toda función pública.
Já o artigo 42 da mesma Constituição também deixa bem claro o que ocorre com quem tenta o que o então presidente Manuel Zelaya tentou:
ARTICULO 42.- La calidad de ciudadano se pierde:
1. Por prestar servicios en tiempo de guerra a enemigos de Honduras o de sus aliados;
2. Por prestar ayuda en contra del Estado de Honduras, a un extranjero o a un gobierno extranjero en cualquier reclamación diplomática o ante un tribunal internacional;
3. Por desempeñar en el país, sin licencia del Congreso Nacional, empleo de nación extranjera, del ramo militar o de carácter político;
4. Por coartar la libertad de sufragio, adulterar documentos electorales o emplear medios fraudulentos para burlar la voluntad popular;
5. Por incitar, promover o apoyar el continuismo o la reelección del Presidente de
6. Por residir los hondureños naturalizados, por más de dos años consecutivos, en el extranjero sin previa autorización del Poder Ejecutivo.
En los casos a que se refieren los numerales 1) y 2), la declaración de la pérdida de la ciudadanía la hará el Congreso Nacional mediante expediente circunstanciado que se forme al efecto.
Para los casos de los numerales 3) y 6), dicha declaración la hará el Poder Ejecutivo mediante acuerdo gubernativo; y para los casos de los incisos 4) y 5) también por acuerdo gubernativo, previa sentencia condenatoria dictada por los tribunales competentes.
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